La usabilidad es el nivel de facilidad que tiene una página web para que los usuarios interactúen de forma adecuada con ella. Una página web con una buena usabilidad potenciará que un usuario quiera navegar por ella y no la abandone al poco tiempo de entrar. En cambio, una página web con una usabilidad mal optimizada hará que los que la visiten se marchen de ella a los segundos de acceder.
Una buena usabilidad, por tanto, permitirá conseguir más tráfico, aumentará la duración de las visitas, reducirá los tiempos de carga, disminuirá el porcentaje de rebote y facilitará que se comparta el contenido de la página web. Se trata, por tanto, de un concepto fundamental del diseño web.
Para conseguir una experiencia de usabilidad adecuada, el diseñador web tiene que tener en cuenta múltiples aspectos para que el usuario pueda acceder, de forma simple e intuitiva, a todos los contenidos. En este sentido, los esfuerzos deben ir focalizados a que los que visitan la página web encuentren lo que buscan en el menor tiempo posible y de la manera más simple.
Para lograr una página web con una usabilidad optimizada, hay que tener en cuenta:
Lo ideal es que la página web cuente con un diseño simple y sencillo. La elección de los colores es, en este sentido, una cuestión a tener en cuenta. Una página web con tonos oscuros o con poco contraste entre el color de fondo y la fuente, hará más tediosa su navegación. En cambio, una adecuada combinación de tonos entre los diferentes elementos de la página web, la favorecerán.
Si la página tarda mucho tiempo en cargar o no responde de inmediato cuando se hace click en un enlace, el usuario tenderá a salir de ella. En cambio, si funciona de forma rápida y sin tiempos de espera, favorecerá su interacción. Una forma de reducir los tiempos de carga es utilizando una plantilla eficiente, empleando un diseño responsive, optimizando las imágenes y evitando redireccionamientos múltiples.
Cuando un usuario quiere acceder a una compra o reserva, es básico que encuentre de forma intuitiva y directa el botón de llamada a la acción (call to action). Además, los menús de navegación deben ser también ordenados y de calidad (con la información más relevante).
Si tu sitio aparece en Internet como “no seguro”, tus posibles clientes tendrán una elevada reticencia a navegar por la web y, especialmente, a dejar sus datos personales o iniciar un proceso de compra.
Es imprescindible que la página web se pueda visitar desde todo tipo de dispositivos (móvil, Tablet, ordenador), pantallas (independientemente del tamaño) y navegadores (Chrome, Firefox, Explorer, Safari, Opera, Edge…).
Para conseguir una buena usabilidad en una página web, hay que tener en cuenta dos términos que suenan parecido (UX y UI), pero que hacen referencia a dos conceptos distintos. Te los explicamos y te enseñamos sus diferencias.
La UX viene del término en inglés User Experience (experiencia de usuario) y hace referencia a cómo se siente una persona mientras utiliza cualquier producto o servicio que una empresa ofrece en Internet, incluida su página web. La UX también se refiere también a la sensación que tiene el usuario después de usar el servicio.
El objetivo del diseño UX, por tanto, es conseguir una experiencia de usuario positiva, teniendo en cuenta las expectativas, deseos y necesidades del potencial cliente. Su reto será que la persona que visite la página web sienta que está encontrando un contenido de valor, eficaz y útil.
Por su parte, la UI hace referencia al término User Interface (interfaz de usuario) y su misión principal es guiar al visitante por la página web durante su tiempo de uso. Este término está asociado directamente con la interacción entre el usuario y la página web es todo lo que se ve y se toca en una página web.
La UI incluye la disposición de los menús, los colores, la tipografía, los botones, las animaciones, las notificaciones, los formularios… Para que la interfaz del usuario sea adecuada, debe primar la funcionalidad. Cuanto más práctica y sencilla sea esta relación, se ampliarán las posibilidades de negocio o venta.
Vamos a ver con un ejemplo ilustrado lo que implican la UX, la UI y, en general, la usabilidad de una página web.
El usuario se sorprende por el diseño del producto y por su descripción. Estas zapatillas le ofrecerán “mayor seguridad y reactividad con una elasticidad adicional en cada pisada”. Describe, además, sus materiales y cierra el texto con un “póntelas y vuela para conseguir tus objetivos”. El cliente termina haciendo “WOW”.
La página permite, con facilidad, añadir el producto a la cesta para su compra, o incluirlo en favoritos. Además, ofrece una sencilla guía de tallas y muestra todas las disponibles.
Muestra cuatro imágenes distintas con diversas perspectivas del producto, el precio y su moneda.
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